Publicado el día 12 de noviembre de 2018
A partir del jueves 22 de noviembre se podrá visitar en Pedrola la exposición de Diputación Provincial de Zaragoza «Perdidos en los 80. Diez años de imágenes de una década«. Estará expuesta hasta el viernes 30 de noviembre en el Hall de la Casa de Cultura.
DESCRIPCIÓN:
“Eran los primeros pasos. Llegaba el final de los años setenta y los añorados ochenta a Zaragoza. Nos preparábamos para una auténtica revolución social, musical, cultural y política, que pondría en marcha nuevas formas y espacios para la diversión.
Los ochenta fueron años de libertad y libertinaje, de diversión sin fin, de desenfreno, de bares y bares, de discotecas y sobre todo de amigos. Los ochenta fueron años muy sanos para nuestro carácter y también de mucho trabajo.
Seguramente, la leyenda ochentera no falta a la verdad, pero lo que nosotros vivimos fue mucho más intenso que esto. Los ochenta que nosotros vivimos en Zaragoza, fueron años de juventud ante todo, de amigos de verdad que todavía conservamos, de bares donde siempre encontrabas a quien tenías que encontrar a la hora que tenían que estar, de teléfonos fijos sin prefijo, de cabinas de discoteca con música que todavía nos pone los pelos de punta, de grandes conciertos, de amigos que se fueron demasiado pronto, de programas de radio, de noches que se fundían con días y días que se mezclaban con noches, de vinilos que aun conservamos como si fuesen tesoros, de walkman y cintas de casete, de horas jugando al come-cocos, de bares con reservados, de la “penúltima en El Faro” de Juslibol y de recinas de migas en el “Loro”.
Los ochenta que se vivieron en Zaragoza fueron increíbles. Seguro que vivir los ochenta con 20 años tiene mucho que ver con estos recuerdos, con los buenos recuerdos que son los importantes.
La gente de la radio de los ochenta, indispensable en nuestra memoria musical. Los conciertos que pudimos vivir en directo y que ahora nos parecen increíbles porque ya no hemos vuelto a ser lo que fuimos. Los grupos de música, que aparecían como por arte de magia de cada esquina y de cada local y que por desgracia desaparecían con la misma facilidad.
En esta exposición se encuentra una pequeña parte de estas vivencias ochenteras que disfrutamos en primera persona. Gente indispensable en la movida de esa década en Aragón, ya sea en la música, en los medios de comunicación o en la noche”.